Los españoles hemos ido cambiando nuestra forma de vida y hábitos de consumo y, como consecuencia, nuestra manera de hacer la compra de alimentos. Nuestras abuelas y madres compraban la comida día a día. En la actualidad, eso resulta bastante difícil para la mayoría de nosotros, pero no por ello tiene que bajar la calidad de nuestra cesta de la compra. Os damos una serie de pautas para realizar una compra inteligente.
Planificar la compra paso a paso
Lo primero de todo es diseñar el menú día a día de lo que queréis comer durante la semana, teniendo en cuenta cuántas comidas o cenas haréis en casa y cuántas personas participarán. Después haz un repaso de tu despensa, frigorífico y congelador para ver qué tienes y qué falta para cocinar los menús elegidos, ya que es posible que tengas algunos ingredientes. Revisa igualmente el armario de los productos de limpieza y el del baño con los productos de higiene.
Ya estás preparado para confeccionar tu lista de la compra, no confíes en tu memoria, siempre se olvida algo o surgen dudas en la tienda. Divide la lista en tres columnas: lo primero que has de meter en el carro del súper son todo aquello que no necesita frío (conservas, droguería, legumbres, etc.), después los alimentos que estén en las cámaras (lácteos, verduras y hortalizas, etc.) y, por último, los congelados. Lleva siempre una bolsa isotérmica. De este modo, evitarás que pierdan calidad los productos frescos.
Consejos útiles
Ve a la compra con tiempo para poder comparar precios, valorar las ofertas y elegir el mejor producto. Revisa siempre la fecha de caducidad, especialmente en los frescos como los lácteos. Vigila que el envase se encuentra en perfectas condiciones, que sigue manteniendo el vacío. Lee la información nutricional de los alimentos y elige los que mayor aporte nutricional y menos calorías contengan. Procura no ir a comprar con hambre porque esto te incitará a comprar ‘cosas de picar’ que aumentan el coste y que no suelen ser los mejores alimentos para mantener una dieta equilibrada.
Elige carne magra con poca grasa como, por ejemplo, la parte del lomo. Al pedir el pescado, fíjate en que las escamas estén brillantes, húmedas y con su color natural. Sus ojos deben ser transparentes y brillar, sin sangre. Cuando lleves huevos comprueba que no haya ninguno roto ni pegado al envase. No compres más frutas y verduras de las que vayas a consumir y siempre de temporada. Escoge las que tengan los colores más intensos, las hojas o piel más tersas y brillantes, sin manchas ni golpes.