Hay algo que tenemos claro, y es que practicar deporte es un hábito que favorece la salud. Hacer deporte desde la infancia ayuda a los niños a desarrollarse física y mentalmente y a relacionarse de una forma saludable con otros niños. Pero, ¿en qué medida debe un niño practicar deporte?
Algunas razones a favor del deporte en la infancia
Nos centraremos en las edades que se comprenden entre los 0 a los 6 años. Ya que, de los 3 a los 8 años no tiene sentido practicar deportes formales. Lo importante es que, hasta esa edad, los niños practiquen actividades que mejoren la psicomotricidad, la coordinación y el equilibrio. Por ejemplo: saltar obstáculos, trepar o bailar. Empecemos por algunos beneficios generales de practicar deporte en la infancia:
Aumenta la autoestima y la pérdida de algún miedo que pueda existir. Los más pequeños deben hacer ejercicio y que al mismo tiempo esa actividad les divierta.
Incrementa la confianza en sí mismo, pues es bueno para su salud mental. Por ello, el deporte ayuda a tener más confianza en sí mismos y a relacionarse mejor con los demás.
Si, además, la actividad que practica es en grupo le hará más colaborador y menos individual. Le enseñará a seguir reglas y a trabajar o jugar en equipo para conseguir sus objetivos.
El deporte es necesario en casi todas las etapas de la vida. Por lo tanto, si este hábito saludable se inculca a una edad temprana, será más sencillo eliminar un mal hábito en la adolescencia. De esta forma existirán menos posibilidades de que sufran el sedentarismo, el sobrepeso y una alimentación desequilibrada, ya que la práctica del deporte suele ir asociada a hábitos saludables buenos.
Existe un debate sobre la influencia del deporte en el crecimiento infantil. Algunos expertos apuntan posibles perjuicios para el organismo, ya que el cuerpo de un niño es delicado y se encuentra en pleno crecimiento. Las actividades excesivamente duras podrían influir negativamente en él. Sin embargo, si se practica en la medida justa, y como una actividad divertida, las ventajas que aporta son mucho mayores que esta posible desventaja.
¿Qué papel tienen los padres?
El papel de los padres es fundamental. Sin embargo, hay que tener un término medio en la influencia que ejercen cuando lo sugieren o proponen.
No hay que ser ni muy dejados, que nunca vayan a ver a sus hijos o que no les acompañen ni muestren interés por lo que practican. Tampoco hay que ser unos “obsesivos” con este tema, no estar encima de todo ni que hagan todo lo que ellos dicen, pues para eso ya estará el monitor de la actividad.
Sobre todo, durante la infancia, el ocio deportivo puede ser un punto de encuentro más entre padres e hijos, que pueden sentirse orgullosos por compartir aficiones con sus padres, pasar más tiempo juntos y crear lazos emocionales.
¿Y tú? ¿Cómo fomentas el deporte con tus pequeños?