Los frutos secos son una de las fuentes de energía más saludables que tenemos. Además de la gran variedad que existe, también los encontramos presentados de muchas formas: fritos, salados, rebozados… ¡Todas nos gustan! Sin embargo, la forma más sana de consumirlos es en crudo. Si no puedes concebir la idea de comerlos sin el sabor a tostado, no te preocupes. Te contamos dos formas para saber cómo tostar los frutos secos en casa.
Hornea los frutos secos:
Utilizar frutos secos horneados en tus recetas cambia totalmente el sabor de tus platos. Para que el resultado sea lo más saludable posible, compra los frutos secos crudos y hornéalos tú. ¡Merece la pena!
Con la opción de tostar los frutos secos al horno conseguiremos que se tuesten de forma sencilla, limpia y homogénea. Para ello, colócalos sobre una bandeja grande con papel de horno. Repártelos bien y añade una pizca de sal. Introduce la bandeja unos 10 minutos con el horno precalentado entre 160 y 180 grados. Vigila el tiempo, es posible que tu horno sea muy potente y adquieran el color dorado antes de lo previsto.
Cuando consigas el color tostado sácalos y déjalos enfriar. Es muy importante este último paso, hace que se endurezcan de nuevo y puedas disfrutar del toque crujiente.
En la sartén:
La opción de horno es la más sencilla porque no se ensucia nada. Sin embargo, si queremos tostar una cantidad grande de frutos secos, lo ideal es hacerlo en la sartén. En una sartén grande y profunda echa un chorrito de aceite. Antes de que se caliente, añade los frutos secos para evitar que se queme. Saltéalos hasta que tengan el color tostado. En esta forma no hay tiempo establecido, ya que dependerá de cómo de tostados los prefieras.
No olvides añadir sal de calidad. Los frutos secos en la sartén adquieren muy bien la sal, por lo que no te pases con la cantidad. Una vez que estén tostados, déjalos enfriar y guarda en tarros herméticos. Aguantan mucho tiempo y les darán a tus platos un toque especial.
¿Con qué fruto seco vas a empezar?