Se ha puesto muy de moda y es una disciplina cada vez más escuchada. Hay quien incluso se va de vacaciones para practicarlo. Hablamos del mindfulness y cómo incorporarlo a tu rutina diaria.
¿Qué es el mindfulness?
Esta nueva práctica se puede explicar como un concepto psicológico que significa atención plena. El mindfulness consiste en la toma de conciencia del momento presente centrando toda la atención en nuestros propios pensamientos, en las emociones, en las sensaciones corporales o en la respiración. Toda esa consciencia del presente tiene que estar desprovista de juicios, interpretaciones o justificaciones. Se trata simplemente de prestar atención y sentir.
Podemos decir que el mindfulness es una forma de meditación que integra las enseñanzas de Buda junto con las investigaciones científicas más recientes.
¿Por qué debemos practicar mindfulness?
El principal objetivo del mindfulness es lograr un profundo estado de conciencia libre de juicios sobre nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos. Se trata de prestar atención a lo que acontece en nuestro interior en cada momento, de perseguir una atención total al momento presente.
El objetivo final es que podamos observar nuestros pensamientos con perspectiva, sin sumergirnos en el contenido de los mismos.
La práctica de esta disciplina ayuda a mejorar la percepción del dolor en el caso de enfermedades crónicas, lo que dará como resultado un mayor bienestar emocional. Por otro lado, es también muy beneficiosa porque mejora la capacidad de concentración y atención. Lo que se traduce en una mayor efectividad a la hora de realizar nuestras tareas diarias.
Resulta muy positivo para manejar situaciones de estrés y mejorar los estados de ansiedad ya que ayuda a reducir los niveles de cortisol de nuestro organismo.
Su práctica continuada favorece el sueño nocturno, por lo que resulta muy positivo como tratamiento ante el insomnio.
Y a nivel general mejora nuestra inteligencia emocional, ya que nos permite afrontar nuestros pensamientos y emociones e interpretar las situaciones con cierta perspectiva.
¿Cuándo practicarlo?
Todos podemos practicar mindfulness independientemente de nuestra edad o condición. Eso sí, se recomienda comenzar con sesiones cortas de unos 10 minutos.
Lo ideal es practicarlo en un lugar cerrado que sea cómodo, libre de ruidos externos y con una temperatura agradable. Se recomienda llevar ropa cómoda y realizar la práctica en posición sentada, con la espalda recta y sin tensiones.
Ejercicios de mindfulness
Aquí tienes algunos ejercicios sencillos para empezar a practicar en casa.
Respiraciones profundas. Una de las formas más utilizadas en las técnicas de relajación, incluido en el mindfulness, se basa en llevar la atención a la respiración. Al respirar nos mantenemos vivos y conectados en todo momento con el presente en una unión de nuestro cuerpo con el aire que nos rodea.
La respiración es la actividad gracias a la cual estamos vivos, por lo que tomar consciencia sobre ella nos brindará un mayor autocontrol sobre nosotros mismos.
Observa tu pensamiento. El mindfulness trata de jugar con la atención, focalizándola en algo concreto y así ralentizar el vaivén de pensamientos y la dispersión. Intenta ser plenamente consciente de tu respiración y observarás que mientras lo haces se crucen pensamientos intrusivos por tu mente que intenten desconectarte del momento presente.
La mente tiene la particularidad de poder observarse a sí misma, y cuanto más practiques estos ejercicios, más comprensión tendrás sobre ti, más control irás adquiriendo y más sencillo te resultará.
Identifica tus emociones. Seguramente no serán solo tus pensamientos los que dispersarán tu atención, ya que en la mayoría de los casos vienen acompañados de las emociones. Es algo común que las primeras veces que practiques mindfulness sientas malestar, tristeza o ansiedad. Una de las técnicas que te pueden ayudar a sobrellevar esas emociones es observar cómo son, como se sienten, sin intentar reprimirlas ni eliminarlas. Es una manera de dominar las emociones.
Utiliza la visualización. Utilizar este tipo de técnicas te ayudará a tener un mayor control mental y así poder general un estado de relajación a la vez que poder manejar mejor los pensamientos y las emociones.
Toma conciencia de tu cuerpo. Con frecuencia nuestras emociones se esconden tras nuestro cuerpo en forma de sensaciones corporales. Por ello, cuando practiques mindfulness presta atención minuciosamente a tu cuerpo. Obsérvate todo tú, como una especie de maquinaria con unas estrategias sumamente complejas e inteligentes.
Trata de comprenderte en todo momento.
Fíjate como ciertos pensamientos te generan algunas sensaciones físicas, y lentamente trata de ayudarte de la respiración para no preocuparte por ello.
Perdónate por todas esas sensaciones desagradables y llévate a ese momento presente en el que nada es más importante que la fortuna de estar vivo y de sentir todo lo que sientes.
Una vez visto todo lo que te puede aportar esta práctica, ¿te animarás a experimentarla?