El esquí y el snowboard son dos deportes que requieren un esfuerzo físico importante, tanto si eres profesional como aficionado. Practicarlos requiere una dieta adecuada antes, durante y después del ejercicio. Te contamos qué platos, nutrientes y rutinas debes seguir para deslizarte con energía y evitar lesiones por falta de energía.
Antes de ir a la nieve
Es fundamental seguir una dieta rica en hidratos de carbono los días previos a subirse a la tabla o los esquís, es tu combustible y más vale que las reservas de glucóceno estén llenas. Consume platos ricos en patata, pasta o arroz combinados con proteína sin grasa, como pollo, pavo o conejo. También se aconseja tomar frutas y verduras para incrementar los minerales y las vitaminas. En este vídeo te explicamos, por ejemplo, cómo preparar magret de pato con puré de patata trufada y setas. ¡Energético, saludable y delicioso!
Cuando vas a esquiar o hacer snow, lo habitual es madrugar para poder aprovechar al máximo las horas de luz. Un desayuno completo y nutritivo después de haber dormido un mínimo de 7 horas es fundamental para plantarse en las pistas con las pilas cargadas. No caigas en el error de conformarte con un café rápido, tómate tu tiempo para disfrutar de él. Compleméntalo con un vaso de zumo de naranja o fruta fresca, tostadas con mantequilla o mermelada, quesos curados, fiambres, tortillas, etc. Lo que haga falta para subirte al telesilla con las pilas cargadas.
No te cortes con el desayuno, vas a necesitar mucha energía.
Mientras practicas deporte y después
Como es muy difícil calcular cuántas horas van a pasar hasta tu próxima comida, llévate pequeños tentempiés para cuando el cansancio empiece a notarse—aproximadamente, cada hora/hora y media. Ten encima unos frutos secos, onzas de chocolate negro, muesli, plátano o fruta deshidratada, barritas energéticas, pan de arroz, etc.
La hidratación es fundamental, vas a hacer deporte a una temperatura inferior a la que tu cuerpo acostumbra y eso puede conducir a la deshidratación. No olvides tu botella de agua o bebida isotónica y bebe cada 20-30 minutos. El frío favorece la sudoración (aunque no la notes), así como la diuresis y las ganas de ir al baño. La deshidratación es muy habitual en los deportes de nieve ya que se pierden grandes cantidades de líquido sin sensación de sed. La falta de minerales puede hacer que disminuyas tu rendimiento físico notablemente o, peor, que te lesiones.
Al finalizar la jornada de esquí o snowboard, es fundamental tomar una comida o cena copiosa que ayude a reponer fuerzas y reponer combustible. Si al principio se recomendaba consumir carbohidratos y vitaminas para tener glucóceno, ahora toca reponerlo. Los expertos recomiendan repartir el aporte energético con la siguiente proporción: 55-60% de hidratos de carbono, 15-18% de proteínas y 22-30% de grasas. Los carbohidratos (arroz, pastas) son fundamentales, así como ensaladas, frutas, carnes, huevos y pescados.
Hidrátate antes, durante y después de practicar deportes de nieve.
Procura que no sea una cena copiosa para que la digestión no se te haga pesada y te impida descansar correctamente. Ligera pero nutritiva y completa, esa es la idea.
¿Cuál es el plato que mejor te sienta después de un día en la nieve? Estamos encantados de leerte.