Hay disciplinas que parecen estar ligadas irremediablemente con los trastornos de la alimentación. Ese el caso de la danza, las bailarinas y bailarines comienzan a una edad muy temprana a formarse. Se les pide que regulen su alimentación y mantengan un peso y unas medidas determinadas.
En ocasiones, esa ‘regulación’ de su dieta se les va de las manos y terminan sufriendo trastornos de la alimentación tan graves como la anorexia, entre otros. Sin embargo, se puede mantener un peso adecuado para la práctica de la danza y al mismo tiempo mantener una alimentación equilibrada sin perder la salud.
Los trastornos alimentarios en la adolescencia
La Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA) indica que los trastornos de la alimentación suponen un riesgo grave para la salud tanto física como mental, especialmente, durante la adolescencia. Entre las disciplinas que encuentra más vulnerables están las que premian la delgadez, como la danza. Durante la adolescencia el cuerpo experimenta importantes cambios de manera muy rápida. En esta etapa es vital mantener una alimentación equilibrada sin restringir las calorías.
Algunos de los problemas que se pueden derivar de una alimentación insuficiente son:
- Deficiencias nutricionales.
- Escaso crecimiento.
- Pérdida de masa ósea.
- Bajo rendimiento físico.
- Mal humor, irritabilidad.
- Falta de concentración.
- Pérdida de autoestima por no cumplir los objetivos.
Está en manos de los profesores de danza y de la familia darle al joven la fortaleza y la autoestima necesaria para no caer en la tentación de reducir la ingesta de comida con el fin de adelgazar. Los comentarios sobre su cuerpo no ayudan a ello, pero, no se podrá evitar que los oiga de los compañeros. Detectar cuanto antes los desórdenes alimenticios es fundamental para poner remedio de manera eficaz antes de que su desarrollo sufra daños irreversibles.
Algunos comportamientos que deben ponernos alerta son:
- Referencias frecuentes a su aspecto físico.
- Pérdida repentina de peso.
- Exceso de ejercicio físico.
- Seguir realizando ejercicio a pesar de estar lesionado.
- Saltarse comidas.
- Visitas frecuentes al baño.
La alimentación en la danza
Es importante que los bailarines adquieran a través de su alimentación todos los nutrientes que necesitan para su óptimo desarrollo. La proporción recomendable de cada grupo de nutrientes es la siguiente:
- 40 % de hidratos de carbono.
- 30 % de proteínas.
- 30 % de grasas.
Como para todas las personas, se aconseja que realicen tres comidas fuertes al día y otras dos ligeras entre horas. La base de la dieta recomendable sería así:
- Es importante tomar agua en abundancia.
- Gran cantidad de frutas y verduras.
- Hidratos de carbono de grano entero e integrales.
- Lácteos desnatados.
- Proteínas de origen animal (magra) y vegetal.
- Procurar restringir al mínimo los azúcares y los alimentos procesados.
- Las grasas deberían ser, en su mayoría, de origen vegetal como el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos y el aguacate.
Además, durante los periodos de entrenamiento intenso con el fin de reducir la inflamación, regenerar las fibras musculares y prevenir las lesiones es recomendable aumentar la ingesta de ácidos grasos omega 3. Estos se encuentran en los pescados azules, aceites vegetales, semillas, frutos secos, aguacate o verduras de hoja verde.