Gran parte de la población mundial sufre estrés. Generalmente, se da a causa de las cargas que se soportan en el trabajo, cada vez más exigente y, en ocasiones, frustrante.
Estar en una constante situación de estrés puede causar muchos daños para la salud, tanto a nivel físico como psicológico.
Ante estas situaciones, quien lo sufre es nuestro cuerpo, a causa de un funcionamiento muy extremo del sistema nervioso, a su vez que aumenta la segregación de la adrenalina y el cortisol.
Estas alteraciones acaban haciendo que se generen algunas hormonas como la hipertensión y la diabetes.
Las consecuencias se plasman en la alimentación
Toda esta situación, puede llevarte a cambiar tu forma de alimentación, quitándote el tiempo necesario para disfrutar de tus comidas y comenzar a ingerir más productos procesados y altos en grasas, azúcares o sal.
Pero no te preocupes, ¡esto se puede solucionar! Sigue leyendo y entérate de lo que se recomienda en estos casos y que hará que no sufras tantos desórdenes hormonales, que te ayuden en tu salud diaria.
Antes de esto, debes tener en cuenta que, si tienes ausencia de estrés y llevas una mala alimentación, puedes acabar perjudicado también, ya que al fin y al cabo, en el cuerpo, todo está relacionado.
¡Debes tenerlo muy en cuenta y seguir un hábito de alimentación saludable!
Pasos que debes evitar y otros que debes seguir
Trata de evitar comer snacks poco saludables y con muchas calorías entre horas. Esto cámbialo por alguna fruta, verdura o frutos secos naturales, que harán que tu cuerpo siga con energía, sin perjudicarlo con alimentos que no son sanos.
Los snacks de bolsas, suelen tener un bajo nivel de nutrientes y una cifra elevada de grasas y calorías
Al sentir una ansiedad y ganas de ingerir algo, provocando así calorías de más a las que necesitas, un buen truco es hidratarse. Así podrás mantener un poco a raya la ansiedad. Además, ya conoces la importancia de hidratarse bien bebiendo agua, sobre todo en verano.
En general, los especialistas recomiendan tomar un mínimo de dos litros de agua diaria, aunque cada persona debe beber una cantidad determinada dependiendo de su peso, así que consulta con tu médico o nutricionista.
Tienes que evitar saltarte las comidas principales del día. Esto no solo te hará sentir más fatigado y sin energías sino que, además, tarde o temprano acabarás dándote un atracón y descompensando tu cuerpo y sus horarios establecidos para las comidas.
Si no llevas una vida muy activa, deberás aumentar tu ejercicio físico, entre unas 4 o 5 horas a la semana. Lograrás un descanso posterior más pleno, mantendrás tu cuerpo en forma y podrás prevenir varias enfermedades y problemas de corazón.
Una vez hemos visto todo esto, ¿consideras que llevas una vida con estrés? Para estar lo más seguro posible, acude a un profesional para asesorarte y ayudarte a llevar una vida mucho más saludable… ¡y tranquila!
¡Cuéntanos qué medios utilizas para relajarte en situaciones de estrés!