Las grasas son las grandes denostadas de entre todos los componentes de los alimentos. Sin embargo, son fundamentales en la dieta para deportistas, ya que cumplen una importante misión y son energizantes. Eso sí, debemos tener en cuenta algunos factores.
Un solo gramo de grasa nos proporciona alrededor de 9 kcal. Deben aportar entre un 20 y un 30 por ciento de las calorías diarias de la dieta para deportistas. Es necesario cumplir con esta proporción porque, tanto si el aporte de grasas es deficiente como si nos excedemos, afectará negativamente a nuestro organismo y por tanto a nuestras capacidades físicas.
Exceso de grasas en la dieta de los deportistas
Si las grasas superan el 35 por ciento del total de la energía que ingerimos en nuestra dieta diaria estaremos restando en hidratos de carbono. De forma que no obtendremos un nivel saludable en nuestras reservas de glucógeno. Además, es posible que subamos de peso y disminuya nuestro rendimiento físico. Con una alimentación rica en grasas, especialmente en las saturadas o de origen animal, aumentará nuestro colesterol en sangre. En circunstancias excepcionales, como en climas extremadamente fríos, el aporte energético proveniente de las grasas puede superar la cantidad recomendada.
Déficit de grasas en la dieta de los deportistas
Si, por el contrario, consumimos menos grasas de las recomendadas, por debajo de un 15 por ciento, corremos el riesgo de tener déficit de ácidos grasos o vitaminas liposolubles como la A, C, D o K.
La importancia de las grasas como combustible para que nuestros músculos rindan durante el ejercicio físico aumenta cuanto mayor sea el tiempo que dedicamos a realizar deporte y menor la intensidad del mismo. Debemos procurar que la mayoría de las grasas que consumamos provenga de aceites vegetales, del pescado azul (atún, caballa, boquerones…) y de los frutos secos (nueces, almendras, pistachos…).