Hacer deporte a diario es muy beneficioso para nuestra salud, lo sabes y lo tienes tan interiorizado que no fallas un día… excepto cuando te vas de viaje. Porque desconectas de la rutina, porque viajas al extranjero, porque el clima es diferente, porque cambias de horarios y otras muchas excusas puedes plantearte para justificarlo pero, en realidad, ninguna de ellas es válida. Debemos hacer deporte también con regularidad en nuestros viajes y vamos a ver cómo podemos hacerlo.
¿Turismo urbano o de naturaleza?
Da igual, en ambos casos podemos practicar deporte cada día de nuestro viaje sin caer en la desgana y el aburrimiento, solo tenemos que poner un poquito de nuestra parte. Por ejemplo, si optamos por hacer turismo de naturaleza podemos alternar jornadas de senderismo con otras actividades deportivas al aire libre:
- Si vamos a la montaña podemos optar por algunos deportes de más o menos riesgo, como trekking, escalada, rápel, etc.
- Alquiler de barcas a pedales, partido de vóley, raquetas, buceo, snorkel o curso de surf si nuestro destino tiene playa.
- Descenso en canoa o kayak, rafting o piragüismo son actividades muy divertidas para realizar en agua dulce.
- Esquiar, deslizarnos en trineo o hacer una caminata con raquetas en la nieve.
- Y si tenemos cerca una piscina, un partido de waterpolo, unos largos nadando (el deporte más completo) y algunos ejercicios en el césped, nos harán sentir fenomenal.
Si, por el contrario, tu destino es en ciudad y la agenda de viaje es más cultural, solo hay que seguir algunos trucos para cumplir con nuestro objetivo diario de actividad física:
- Limitar el uso del transporte público solo a cuando sea imprescindible y caminar por la ciudad lo máximo posible.
- Dejar el coche aparcado fuera del centro de la ciudad, así nos obligaremos a caminar más para llegar a cada monumento o museo. ¡La recompensa merece el esfuerzo!
- Subir caminando al mirador, torre o campanario de la ciudad (sí, todas tienen alguno), nada de ascensores ni escaleras mecánicas.
- Recorrer la ciudad en un bus turístico es muy cómodo, pero es más divertido hacer el recorrido en bicicleta y, además, podemos cumplir el objetivo físico diario ¡en un rato!
- Y después de todo eso, nada de encerrarnos en el hotel, ¡nos vamos todos a bailar!
Cuidado con los cambios de clima y horario
Cuando viajamos, los cambios de clima y de horario pueden provocarnos alteraciones importantes en los ritmos biológicos, dando lugar a una serie de síntomas como falta de sueño, irritabilidad, pérdida de apetito, estrés térmico, fatiga, mareos y trastornos gastrointestinales o, lo que es lo mismo, el jet-lag. Nuestro organismo necesita un tiempo para aclimatarse y adaptarse fisiológicamente a estos cambios, optimizando, por ejemplo, sus mecanismos principales de refrigeración; un tiempo que suele ser entre una y dos semanas.
Durante este tiempo, es recomendable que la actividad física sea moderada y, poco a poco, ir incluyendo ritmos más altos a primeras horas de la mañana. También es muy importante que cuidemos mucho la alimentación si vamos a hacer deporte, nada de llegar y darnos un atracón el primer día; y seguir unas pautas de hidratación correctas durante todo el día. Ambas cosas siempre teniendo en cuenta el clima (tanto temperatura como humedad) y la zona geográfica a la que nos hayamos desplazada. Una vez contemplado todo esto al detalle solo nos queda una cosa… ¡Disfrutar del viaje!