Comer productos de temporada tiene triple ventaja: son buenos para la salud, para el bolsillo y para el medio ambiente. Al tratarse de alimentos que han sido recogidos en el punto óptimo de maduración, aumentarás la calidad de tu dieta. Diciembre nos trae coles de Bruselas, coliflor y brócoli. ¿Conoces las diferencias de los alimentos de este mes?
Coles de Bruselas o repollo:
Las coles de Bruselas reciben este nombre porque fueron los belgas los que comenzaron a cultivarlas en grandes cantidades. Esta planta tolera muy bien las temperaturas frías propias de Bélgica. También se le conoce como repollo, por su forma globular y con hojas apretadas. Son pequeñas, de unos cinco centímetros, y de color verde intenso, aclarándose hacia el interior, cuyo corazón es más tierno. Son ligeras y tienen alto contenido en Vitamina A y C y ácido fólico. Pueden prepararse de diversas formas y ser una guarnición muy sencilla para tu plato principal.
Para preparar una guarnición de coles de Bruselas salteadas, quitamos las hojas exteriores y las lavamos. Las cortamos por la mitad y las salteamos en una sartén con una o dos cucharadas de aceite, poniendo la parte plana hacia bajo. Después añadimos un vaso de agua para que su cuezan y se terminen de cocinar. Cuando no quede agua añadimos una cucharadita de mantequilla, sal y pimienta. Cuando las retiremos de la sartén, añadiremos unas gotitas de limón.
Brócoli o cabezas florales
El brócoli también pertenece a la familia de las coles. Lo reconocemos porque de su tronco o tallo salen pequeños arbolitos o cabezas florales. Para preparar brócoli, corta los tallos de estos pequeños árboles desde el centro. Verás que se desprenden fácilmente y que es muy fácil de manejar. Como las coles, el brócoli es rico en vitamina A, C y ácido fólico. Una ración de 200 gramos de brócoli cubre las necesidades diarias de vitamina C de un adulto y sin apenas calorías.
El brócoli está delicioso hervido al dente. Calienta agua en una olla y cuando rompa a hervir, añade el brócoli. Tras 5 u 8 minutos, retira del fuego y escurre. Puedes comerlos en caliente con aceite y limón, o guardarlos en un recipiente hermético para otros días.
Coliflor, la más grande de todas
Aunque la podemos ver todo el año en el supermercado, es ahora cuando encontramos coliflor de mayor tamaño y a buen precio. Esta col se caracteriza porque es completamente blanca y de gran tamaño.
Como otras coles, la coliflor se suele preparar hervida. Cocinada al horno cambia mucho su sabor y te sorprenderá gratamente. Puedes asarla entera o dividiendo los diferentes tallos de su tronco. Prepárala en una bandeja de horno con curry, pimienta y pinta ligeramente con aceite. Hornea unos 40 minutos. Quedará con un tono amarillento y con un sabor diferente al de una col cocida.
Esta forma de cocinarla es perfecta para animar a todos aquellos que no sean partidarios del sabor de las coles hervidas.
¿Listo para introducir las coles en tus platos de diciembre?