Llega el verano y con él la playa, el chiringuito y el arrocito… mejor si es con bogavante. Y del bogavante queremos hablaros hoy, de cómo elegir el mejor y de mayor calidad. Lo podéis comprar cocido o fresco, pero antes de nada queremos daros una serie de consejos para que os llevéis a casa un bogavante superior, especialmente si es fresco.
Nuestro amigo el bogavante es un crustáceo con 10 patas, de las que las dos delanteras son sus grandes y famosas pinzas. Pueden vivir hasta 75 años y a los cinco ya pesan unos 500 gr., pero los más viejos pueden a alcanzar un peso de 9 kg. En cuanto a su tamaño, suelen medir entre 30 cm y 75 cm.
Por lo demás su carne es blanca salvo en el tórax, zona en la que ofrece una sustancia cremosa llamada coral y que es, además, muy sabrosa. El bogavante tiene grandes beneficios nutricionales, entre los que destacan su alto contenido en yodo que ayuda a regular el colesterol, entre otros muchos.
Variedades de bogavante
Existen tres variedades de bogavante según su procedencia. El que procede del sur de África, de color marrón, no es muy conocido por los consumidores y es el menos sabroso porque su carne es menos fina. El color del bogavante americano es verde oscuro, casi marrón, es fácil de encontrar y de precio más asequible.
El más valorado por los profesionales de la gastronomía es el europeo, que se pescan principalmente en Inglaterra y Noruega. Su color es azul violáceo con manchas blancas y su carne es más delicada y de exquisito sabor.
Trucos para elegir un bogavante de calidad
Lo primero que tenéis que saber al comprar un bogavante fresco es que siempre debe que estar vivo. Fijaos en que su caparazón sea duro porque si al tocarlo lo sentís blando, significa que está lleno de agua y que contendrá menos carne o de peor calidad. También podéis comprobar su frescura en el ojo del crustáceo, que debería presentar un color negro brillante. Además, habréis de tener en cuenta que a mayor tamaño, menor sabor en la carne.
Si queréis sorprender a vuestros comensales elegid los bogavantes de menor tamaño y edad y, si es posible, que sean hembras. Éstas se reconocen porque tiene unas patas pequeñas atrofiadas al final de su cuerpo y son más carnosas que el macho. Si decidís comprarlos congelados, ideales para preparar medallones de bogavante, comprobad que la cola se doble por debajo de su cuerpo o que lo haga cuando la extiendes. Si no es así, probablemente ya estaba muerto antes de ser cocido y no es recomendable su consumo.
Agradecemos mucho tus recomendaciones. ¡Gracias por leernos!
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