Todos lo sabemos, los niños copian e imitan comportamientos. Por eso es fundamental darles ejemplo con nuestras rutinas para que desarrollen el respeto hacia la naturaleza.
Y, bueno, no hace falta decir que hasta poco antes de que el virus viniera para quedarse, nuestra conciencia medioambiental por fin se había situado a la altura de las circunstancias en las que se encuentra el planeta.
Los expertos coinciden: Hay que predicar con el ejemplo. Es decir, que el ecologismo salga directamente desde el interior de los hogares, hay que transmitir el amor por la naturaleza… Aquí te dejamos una serie de trucos muy sencillos, que no te costarán mucho de implementar en sus rutinas. Que seguro son muchas.
Aprender a reciclar
Es muy importante tener cestos o varios cubos de basura para según qué residuos vayamos a depositar. Así, podemos hacerles y hacernos más fácil el que reciclen en casa. Todos los conocemos: Amarillo para el plástico; verde, para el vidrio; azul, papel y cartón; y, otro, para el orgánico. Distribuye por la casa unos cuantos y deja que los decoren. Otra idea, es acostumbrar a tirarlos en su compañía.
Aprender a no malgastar el agua y la energía
El agua es uno de los recursos más amenazados en el planeta. Aunque tengamos acceso a ella con un simple abrir de grifo. Es fundamental que lo vean y tomen conciencia y que pongan en práctica todos estos pequeños gestos para su ahorro. Pueden recoger el agua que sale de la bañera hasta que sale caliente para regar las plantas o limpiar, no debes arrojar aceites. También hay que meter en sus rutinas no usar el grifo cuando se cepillan los dientes o se peinan.
Consumir responsablemente
Todo puede tener una segunda vida y lo que no nos sirve, puede ser muy útil para otros. Es muy interesante que los niños vean esto como algo divertido. Por eso, es bueno que los pequeños conozcan y procesen aquellas prendas en las que ya no entran o esos juguetes con los que no juegan que les puede venir muy bien a otros.
Tener un jardín o huerto propio
No hay un ejemplo más claro que cuidar de la propia naturaleza. Por eso, si tienes posibilidades podéis jugar a cuidar una pequeña planta, un huerto urbano e incluso un jardín. Nada como el contacto directo. Una cosa tan simple como hacerles responsables del cuidado de una planta (Regar, cambiar tierra, observarla como crece) Puede convertirse en el mejor de los juegos para ellos. De esta manera tomarán conciencia de la importancia de tener respeto hacia la vegetación.