Las Fiestas de San Juan (o de la Madre de Dios) se celebran en Soria durante el solsticio de verano. En su origen, durante el Medievo, eran las fiestas del pueblo, en las que nadie era más que nadie y los jurados que dirigían los barrios estaban representados por los ‘hombres buenos’ que personificaban la libertad y la igualdad. Eran días en los que los desfavorecidos y los visitantes podían acudir a banquetes, corridas de toros y demás eventos. Con este espíritu se siguen celebrando en la actualidad las fiestas de San Juan en Soria.
Al igual que la Caballada de Atienza o la Batalla del vino en Haro, las fiestas de San Juan en Soria han sido declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional. Comienzan el miércoles siguiente al 24 de junio, aunque el ciclo de los Sanjuanes comienza tras el primer domingo de mayo.
Preliminares sanjuaneros
La ciudad se divide en doce cuadrillas, cada una con el nombre de un santo o de una virgen. El primer domingo de mayo se celebra el ‘Catapán’, que es el momento de la toma de posesión del bastón de mando de los jurados pertenecientes a cada cuadrilla y acompañados de su correspondiente secretario y sus ‘Cuatros’ (ayudantes), elegidos por sorteo. Las cuadrillas se encargan de proveer el toro, repartir las tajadas, preparar la caldereta, sacar en procesión a los santos y animar las calles con charangas, entre otras muchas funciones.
Con el ‘Desencajonamiento’ se da la bienvenida a los toros mientras los trasladan del camión al corral. Antiguamente, era un acto privado para la comisión de las fiestas y se realizaba un día laborable, pero debido a la gran afluencia de visitantes se ha pasado al último sábado de mayo.
El primer sábado de junio tiene lugar el ‘Lavalenguas’, en el que se sueltan los toros en la Cañada Honda, un monte cercano a Soria. Mientras el resto de los sorianos y visitantes pueden disfrutar de una merienda campestre en la que no faltan las botas de vino. El domingo de la siguiente semana se celebra ‘La compra’, en la que tras otro día de campo con suelta de toros, comida y fiesta, se sortean los toros de cada cuadrilla.
Las Fiestas de San Juan
El miércoles víspera de ‘La saca’ se da el pistoletazo de salida con el ‘Pregón’. Al día siguiente, los animales son guiados por los caballistas desde los corrales del Monte Valonsadero hasta la plaza de toros, en un encierro que comienza al mediodía. El ‘Viernes de toros’ es el día grande de los festejos y en él se lidian dos corridas con un total de doce bestias, una por cuadrilla. En esta jornada es tradición que hombres y mujeres celebren la fiesta por separado.
Durante el ‘Sábado Agés’ los vecinos que se ‘apuntaron’ a las fiestas acuden a recoger su ‘tajada’ fresca del toro. Por la tarde las cuadrillas subastan las distintas piezas del animal, ‘Los Agés’. En la puja se llega a alcanzar precios muy altos e, incluso, se sortean los cuernos y las botas de vino de la cuadrilla pintadas a mano. Todo ello va regado con vino de la bota de la cuadrilla al grito del subastador: “Más vale y más darán. Vino y música para el caballero (o la joven…)”; mientras la charanga toca y todos los presentes bailan.
El ‘Domingo de Calderas’ preparan el guiso y se reparte simbólicamente un trozo de carne junto con vino, pan, un huevo cocido y un chorizo. Después, podréis disfrutar de los desfiles de las cuadrillas durante los que se exhiben las ‘Calderas’. En la mañana del ‘Lunes de Bailas’ se sacan en procesión todos los santos y vírgenes de las doce cuadrillas, desde la plaza Mayor hasta la Ermita de la Virgen de la Soledad, donde se celebra una misa.
Por la tarde se celebran ‘las Bailas’, con las divertidas charangas de las peñas dirigiéndose hasta la pradera junto al Duero. Durante el camino los jóvenes van pidiendo que les tiren agua desde las ventanas y hay quien llega a sacar hasta una manguera. Por la noche, después de los ‘Fuegos artificiales’, llega el momento más emotivo en las escaleras del ayuntamiento con el ‘Adiós, adiós, San Juan’, en el que sorianos y forasteros entonan canciones populares para despedir las fiestas. Para terminar un detalle curioso: A diferencia de San Fermín, no se queman los pañuelos de fiesta ya que da reputación conservar pañuelos de hace muchos años.