Si alguna vez has encontrado en la nevera de un familiar una especie de coliflor en un gran tarro con leche, ¡no te asustes! No han confundido su cocina con un laboratorio, si no que están fermentando kéfir. Si eres de los que ya conocen este producto multitasking, sobra esta introducción. Si no, te contamos qué es esto del kéfir.
El kéfir es una especie de hongo compuesto por bacterias probióticas capaz de producir a través de la fermentación un producto del mismo nombre, similar al yogur. Al kéfir se le han atribuido propiedades maravillosas. Puede que tenga que ver con el origen turco de su nombre, que significa bendición. Su consumo no es nada nuevo, pero cada vez se va introduciendo en más hogares. A continuación, os contamos los beneficios del kéfir.
Cinco propiedades del kéfir que debes conocer
Su mayor cualidad, es que es probiótico. “Para proteger la flora intestinal, nada mejor que los probióticos”. Seguro que has escuchado esta frase miles de veces. Como el miso, el chucrut, los encurtidos o el yogur, el kéfir también es probiótico. Tras el proceso de fermentación genera estas propiedades.
Apto para los intolerantes a la lactosa. El kéfir se produce añadiendo granos de kéfir a la leche de vaca, de cabra o de oveja dejando fermentar la mezcla al menos 24 horas. La fermentación de la leche por las bacterias y las levaduras en el iniciador del kéfir descompone la lactosa en la leche. Esto hace que pueda ser consumido por aquellos que la rechacen.
Favorece el sistema inmunológico. Contiene compuestos y nutrientes como la biotina y el folato que impulsan el sistema inmunológico y protege las células.
Desarrolla la fuerza ósea: el kéfir tiene altos niveles de calcio de la leche. Esto, juntos con los probióticos, ayudan a absorber el calcio en el cuerpo y detener la degeneración de los huesos.
Mejora alergias y asmas relacionadas con problemas inflamatorios del cuerpo. El kéfir reduce las células inflamatorias que alteran los pulmones y las vías respiratorias, por lo que ayuda a cambiar la respuesta del cuerpo ante determinadas alergias.
Posibles usos del kéfir en la cocina
Cada vez se experimenta más con el kéfir llegando a hacer curiosas recetas con él. Se puede usar de forma similar a un queso fresco o yogur natural. De este modo se incluye en batidos, en bizcochos o hasta en un porridge (desayuno de avena y leche). En lugar de la avena remojada, se puede triturar el kéfir con un plátano, zumo de naranja, polen y unas semillas de cáñamo. Esta es la receta que propone Chloé Sucrée en Being Bioutiful, reconocida web en el mundo de la alimentación saludable.
También se puede usar como sustitutivo del queso. Por ejemplo: para aderezar una crema, el topping perfecto para los intolerantes a la lactosa.
En el postre es la versión que más triunfa. Acompañado de miel, frutas y semillas, como en el reconocido restaurante Fismuler, quienes también lo recomiendan como complemento de una ensalada, guarnición o proteína.
Cuéntanos más secretos del kéfir, ¡estamos deseando conocerlos!