Hoy es un día grande para los más croqueteros porque es el Día Mundial de la croqueta. ¿Quieres saber cómo celebrar este día tan especial? ¡Te lo contamos todo sobre esta delicia culinaria!
Un poco de historia de la croqueta
A pesar de que pensamos que la croqueta es un plato muy nuestro, tenemos que viajar hasta Francia para hablar de sus verdaderos orígenes.
Por un lado, se le atribuye al chef del rey Luis XIV en 1691, quien sorprendió con esta nueva receta. Por otro lado, también se habla de Monsieur Escoffier, fundador de la cocina clásica, quién la inventó en 1898.
Pero de lo que no cabe dudad, es que el 18 de enero de 1817 fue el día en que Antonin Careme la presentó oficialmente en sociedad en la corte de Versalles. Esto hecho ocurrió en una comida que el chef preparó para el príncipe de Inglaterra y el Gran Duque Nicolás de Rusia, sorprendiendo con una nueva salsa de bechamel cubierta de una capa crujiente. ¿Y cómo se llamó al plato? “Croquettes a la royale” y es que croquettes significa crujiente en francés.
Así que hoy, Día Mundial de la Croqueta es el día perfecto para darte un homenaje con una exquisita bechamel.
¿Cómo cocinar la croqueta perfecta?
Si de preparar la croqueta exquisita se trata aquí te traemos algunos tips a tener en cuenta.
Según los expertos, para descubrir la croqueta perfecta tenemos que poner el foco en el tamaño, el tipo de bechamel y el utensilio utilizado para freírlas.
El tamaño tiene que ser lo suficientemente grande para poder comerla en dos bocados. Y la bechamel, debe ser muy cremosa.
Con respecto a su fritura tan importante es la sartén con la que se va cocinar como el aceite empleado, siempre de oliva virgen extra. Y un dato a tener en cuenta es que el aceite debe cubrir por completo la totalidad de la croqueta. ¡Tenlo en cuenta!
Los ingredientes de la croqueta
Las croquetas puedes elaborarlas de cualquier sabor imaginable pero las que más gustan son las de carne, de pollo o de jamón y de pescados o mariscos.
Las croquetas son un plato ideal para llevar a cabo la cocina de aprovechamiento y reutilizar restos de otras recetas que tenemos en la nevera. Solo tienes que tomar la bechamel como base principal hecha a base de harina, mantequilla, leche y una pizca de sal. El paso final es el empanado a base de huevo y pan rallado. Las freímos en aceite de oliva virgen extra y… ¡a disfrutar!