Cuando pensamos en un puré es fácil que nos venga a la mente un puré de verduras, un puré de lentejas, un puré de patata… A simple vista parece “sota, caballo y rey”, pero eso es porque no nos hemos parado a pensar que podemos preparar combinaciones asombrosas en cuanto a sabores, texturas, colores… Podemos aprovechar los productos de temporada y podemos darles nuestro toque personal utilizando algunas especias. La presentación también juega un papel fundamental.
Damos diferentes usos a los purés cuando los cocinamos. Así, podemos tomarlo como un primer plato, como un acompañamiento o aperitivo e incluso como un postre. Se trata de dar rienda suelta a nuestra originalidad y a nuestras ideas culinarias y elaborar platos diferentes en los que nuestro concepto de puré sea una experiencia nueva cada vez.
Para un primer plato podemos cocinar un puré ligero, tipo crema. Un truco que potenciará el sabor de nuestras recetas es rehogar un poco nuestros ingredientes antes de añadirles caldo o agua para la cocción. Pasar el puré, hará que la textura quede más suave y agradable a nuestro paladar. Podemos utilizar un pasapurés o un robot de cocina. Una forma original de presentarlo es cocinar dos purés diferentes y dividir nuestro plato mitad de un color y la otra mitad de otro. Un plato delicioso es el “Puré bicolor de crucíferas”. Las crucíferas son el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas… Para decorar nuestro plato podemos darle volumen y algo más de textura jugando con los ingredientes de nuestro puré. Una idea puede ser añadirle frutos secos, unas huevas de salmón o unas esferificaciones de aceite de oliva virgen extra. Es divertida la explosión y la mezcla de sabores en boca.
Podemos elaborar recetas de puré con textura más consistente. Este tipo de purés, son ideales para tomar como aperitivo (como las “Patatas revolconas”, que se acompañan con torreznos y son típicas de Ávila y Salamanca) o para acompañar un segundo plato, como un guiso de carne o un pescado. Para elaborar este tipo de purés utilizaremos patata cocida o zanahoria de base (por ejemplo) porque les da más consistencia. En este tipo de recetas podemos añadir también alguna especia. A nuestro clásico puré de patata le podemos transformar en un bocado que nos haga viajar por todo el mundo sin movernos de nuestra casa. Algunas hierbas frescas que le aportan aroma son el perejil, el cilantro, el romero, el tomillo… Para potenciar el sabor podemos añadirle alguna especia seca como comino, pimienta, curry… Si queremos darle un color llamativo podemos ponerle un poco de remolacha cocida o deshidratada (por ejemplo). Y si queremos darle cremosidad, sin que deje de tener consistencia, le podemos añadir un poco de aceite de oliva virgen extra o mantequilla.
Además de elaborar purés salados podemos hacerlos dulces, de frutas. En un plato de caza contrarresta la potencia de la carne y le da un gusto dulce muy agradable. El puré de frutos del bosque es muy compatible con carnes como las perdices, las codornices, el jabalí, el ciervo… El puré de manzana y melocotón, el puré de higos o el puré de ciruela combinan estupendamente con conejo, pollo a la plancha o al horno, cerdo… En un postre podemos utilizar los purés de frutas como base de un yogur cremoso o para elaborar una mousse integrando el puré en la receta. También podemos hacer polos de puré de frutas, seguro que a los más pequeños de la casa les encanta.
Cada día descubrimos nuevas recetas que podemos compartir con los que más queremos y sorprenderles. Es muy divertido darle una vuelta a nuestros platos y convertirlos en platos que destaquen tanto por sabor como visualmente. Preparar recetas con productos de temporada hace que los purés sean un plato muy versátil. Son recetas muy sencillas y rápidas de preparar.