Es posible que las navajas más famosas de nuestro país sean las de Albacete. Pero no es de ese tipo de navajas de las vamos a hablar hoy. Nos gustan mucho más las navajas del mar. Una ración de navajas a la plancha con su ajo, su perejil y un chorrito de limón… ¡un manjar de dioses!
¿Qué son las navajas?
Son un tipo de molusco bivalvo (dos conchas unidas por el centro que encierran al animal) con una concha frágil de forma rectangular, de unos 12 centímetros de largo (aunque, en ocasiones, se pueden encontrar de hasta 20 centímetros). Su superficie es lisa de color amarillento con manchas más oscuras. Se parece mucho a el longueirón, pero se diferencia de éste porque la concha de la navaja es redondeada mientras que la del longuerión es recta. Otros moluscos bivalvos son los mejillones, las coquinas o las almejas.
Las navajas viven enterradas en la arena del mar o de las rías, excavan agujeros de unos 50 centímetros de profundidad. Se alimentan de plancton que consiguen subiendo y bajando por esos túneles con el fin de captar los nutrientes que se encuentran en el agua.
Existen varios métodos para capturar navajas pero, hay uno muy curioso que podéis poner en práctica fácilmente. Para saber dónde hay navajas, basta con fijarte en los agujeros que hay en la arena del mar, no es necesario adentrarte demasiado. Echa un poco de sal en el agujero y verás que rápidamente la navaja asomará la mitad de su cuerpo. Los profesionales no necesitan utilizar la sal, simplemente, meten sus dedos en la arena o utilizan una pequeña azada para atraparlas.
Puedes encontrar navajas en el mercado durante todo el año, aunque hay más en invierno. Aunque las más conocidas son las gallegas, también se pescan en el mar Mediterráneo y, fuera de nuestras fronteras, en el mar del Norte, el océano Atlántico y el Pacífico.
Las navajas en la cocina
Este molusco es apreciado por su rico sabor y por su valor nutricional. Contiene pocas calorías y lípidos. Destaca por su alto contenido en ácidos omega 3, hierro, fósforo y vitamina B12.
Antes de cocinarlas, es importante que las dejes sumergidas en agua fría para que vayan eliminando toda la arena. Tras unos 20 minutos, rescátalas del agua de una en una para que la arena se quede en el fondo y pásalas por debajo del grifo para terminar de limpiarlas. La forma de cocinarla más extendida en a la plancha con ajo, perejil y limón. ¡Más fácil y sabroso, imposible! Otro método, también muy sencillo de preparar en cocerlas con un poco de agua en su propio jugo.
Para los más cocinillas, os damos una idea algo más elaborada. Pocha cebolleta y ajo picados muy finos, añade un toque picante con una guindilla o cayena, y añade un poco de harina para espesar la salsa. Cuando esté bien pochado, echa un chorro de vino blanco, remueve para mezclar bien e incorpora las navajas. En solo 3 minutos se abrirán y deberás dejarlas otros 3 o 4 minutos más para que se ablanden. En este último paso puedes añadir un poco de caldo de pescado para conseguir una salsa aún más sabrosa. Preséntalas en una fuente con perejil espolvoreado. ¡Tus invitados se chuparán los dedos!