El primer día de cole de un niño es difícil tanto para los niños como para los padres. La separación puede resultar traumática, especialmente si el pequeño no ha ido a la guardería. Algunos padres tienen sentimiento de culpa al dejarle a cargo de personas ajenas a la familia, por la creencia de que nadie le cuidará como ellos. Sienten miedo a cómo reaccionará su hijo. Estos temores paternos no ayudan al pequeño en su primer día de cole.
Es importante que los padres se muestren entusiasmados con el inicio del colegio para poder trasmitírselo a sus hijos. Durante las semanas previas deben ir contándole cosas divertidas y positivas del colegio, que va a estar jugando con más niños, va a aprender muchas cosas, le van a enseñar canciones. Hay que hacerle sentir que ir al cole es un premio porque ya es un niño mayor. Se le puede leer un cuento sobre un niño que va al cole y las aventuras que allí le ocurren, existen muchos en las librerías.
Es bueno que padres e hijo colaboren en preparar las cosas para el cole: la ropa, los lápices de colores, la mochila… Para ayudar a que todo sea más fácil en la primera mañana de cole se debe haber ido acostumbrando al pequeño durante los días previos a la misma rutina de horario que va a tener a partir de ahora. La mañana del primer día hay que levantarle con tiempo suficiente para prepararse sin prisas, no hay que añadir más estrés al que ya supone el inicio del colegio.
Si es posible, lo mejor es que sea uno de los padres quien le lleve y le recoja los primeros días. Las despedidas en la puerta del colegio tienen que ser breves y con una sonrisa en la cara. Si el niño ve que sus padres están felices porque él va al colegio le resultará más fácil la separación. Nunca se le debe engañar diciéndole cosas como “voy al coche y ahora vuelvo”, porque eso le hará sentirse abandonado. Pero si a pesar de todo termina llorando, hay que calmarle con un abrazo pero tratando de no alargar el drama. A la salida del colegio se le puede preguntar cómo le ha ido y qué ha hecho. Aunque si no quiere hablar hay que respetarle, algunos niños necesitan unos días para asimilar la experiencia.
