Probablemente habéis oído hablar del ajo negro, pero, ¿sabéis qué es exactamente? No es una variedad exótica, sino el ajo común sometido a una preparación especial que le otorga sabores sorprendentes y propiedades casi mágicas. ¿Te animas a conocerlo un poco mejor? Pues sigue leyendo. 😉El ajo negro está de moda y su fama es merecida. Una vez más, hemos introducido en nuestra dieta un alimento proveniente de Asia, como ya nos pasó con el kiwi, el caqui o la soja y sus derivados (yogures, leche, brotes, salsas…). Su uso está muy extendido en países asiáticos como Japón, Tailandia o Corea desde hace años.
Proceso de elaboración del ajo negro
Se consigue sometiendo la cabeza entera del ajo común a un proceso de fermentación a alta temperatura y adecuando el grado de humedad durante aproximadamente 30 días, sin añadirle ningún químico. Tras esto, reposa para que oxide unos 45 días en una cámara preparada al efecto. De este modo, se consigue un ajo completamente negro en su interior, ligeramente deshidratado, sin el característico olor del ajo (no nos deja mal aliento), de consistencia blanda y un sabor más dulce. Una vez elaborado, su duración es aproximadamente de seis meses y debemos guardarlo en el frigorífico dentro de su envase original. En la actualidad ya se está produciendo en España.
Propiedades del ajo negro
Gracias al proceso al que es sometido, sus propiedades se multiplican por diez. Lo primero que vamos a notar si lo comemos con regularidad es su efecto energizante. Un solo diente de ajo negro nos aporta la misma energía que una cabeza entera de ajo blanco. También tiene propiedades antioxidantes por su contenido en vitamina C y polifenoles. Con lo que frena el envejecimiento de nuestras células y con ello reducimos el riesgo de padecer enfermedades degenerativas.
Diferentes fuentes afirman que el ajo negro puede ayudarte mejorar el flujo de la sangre y a regular el colesterol. Por otro lado, el ajo también suele ser identificado como un aliado a la hora de fortalecer las defensas de nuestro organismo. Además y según un estudio realizado por el Inst. Nacional del Cáncer de EE.UU., la presencia del ajo en nuestra alimentación (especialmente el ajo negro) puede ser un arma a tener en cuenta en la prevención del cáncer. Su alto contenido en potasio nos ofrece propiedades dietéticas, así como ayudarnos a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión, gracias a sus nutrientes esenciales.