Potajes, pucheros, ollas, fabadas, guisos…Parece que hablamos de comida de “viejuna”, esa comida que sólo toca comer cuando vamos a ver a la abuela al pueblo o estamos hospitalizados. Y es que nuestras calles ya no huelen tanto a puchero como lo hacían antes.
Las legumbres siempre han sido unos de los pilares de nuestra alimentación y, parece que en los últimos años han caído en “desgracia”, nuestro consumo por habitante se ha reducido drásticamente. En los años 60 se consumían 13 kilos de legumbres por persona al año y, actualmente, el consumo es de apenas 3 Kilos por año.
¿Pero son tan importantes las legumbres?
Pues deben de serlo cuando la ONU proclamará el año 2016 como el Año Internacional de las Legumbres y, si lo dice la ONU, por algo será, ¿no?
La FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, nos da algunas pistas del por qué aumentar su consumo.
Los beneficios de las legumbres para la salud
- Fuente de Proteínas: ¿sabías que las legumbres aportan el doble de proteínas que el trigo y tienen casi tres veces más que el arroz? Si bien es cierto, difícilmente superan en calidad a las proteínas de la carne o el pescado, pero hasta eso tiene solución: añade un puñado de arroz y la combinación de cereal con legumbre darán una proteína maravillosa. ¡Qué listas nuestras abuelas cuando nos hacían lentejas con arroz!
- Hidratos de Carbono en cantidad: una dieta equilibrada debe tener entre un 55 y un 65% de hidratos de carbono, esto hace que nuestro cerebro, corazón y musculatura trabajen bien. Casualidad o no, el porcentaje de hidratos de carbono que tienen las legumbres ronda el 60% y, además, estos son de absorción lenta, lo que los hace más saludables que los azúcares sencillos que entran rápidamente en sangre.
- A la rica fibra: muchas veces nos quejamos de que las legumbres producen flatulencia, pero ¿qué te parece si te digo que ésta es muy buena señal?. Estas flatulencias se producen porque las legumbres son ricas en fibra que nuestro cuerpo no es capaz de digerir, esta fibra actúa protegiendo nuestro organismo frente a cierto tipo de cáncer, previniendo la obesidad, disminuyendo el colesterol y facilitando nuestro tránsito intestinal y, por tanto, nuestra visita al baño.
- Vitaminas y Minerales variados: ¿te sorprendo si te digo que las legumbres aportan vitaminas del grupo B, como la vitamina B-9 o ácido fólico, tan necesaria para las mujeres embarazadas?, o que tienen casi el doble de hierro que la carne y, que si la combinamos con alimentos ricos en Vitamina C como la calabaza, los tomates o el pimiento se convierte en una magnífica receta contra la anemia. ¡A tope con los garbanzos con calabaza!
- El Medio Ambiente te lo agradecerá: y es que según la FAO, “las legumbres también mejoran la salud del ganado y promueven suelos sanos mejorando la biodiversidad”. Como se apunta en el Proyecto Eurolegume: la rotación de cultivos de leguminosas ayuda a fijar el nitrógeno en el suelo reduciéndose el uso de fertilizantes nitrogenados. Además, los residuos derivados del cultivo de legumbres pueden usarse como alimento para el ganado mejorando la dieta y la salud de éste.
La ONU y Sancho Panza no pueden estar equivocados
Y es que ya el bueno de Sancho Panza se adelantó a la ONU con su proverbial sabiduría cuando decía relamiéndose de gusto delante un buen plato de cocido: “o dos manos de ternera que parecen uñas de vaca, están cocidas con sus garbanzos, cebolla y tocinos, y a la hora de ahora están diciendo cómeme, cómeme”. Así que seamos todos un poco Sancho Panza y gritemos: ¡Vivan los pucheros, vivan los potajes, vivan las legumbres!