Con el otoño llega la temporada de la mandarina (de octubre a febrero) y los más golosos nos empezamos a relamer. Y es que la mandarina es, sin duda, una golosina natural que hace las delicias de niños y no tan niños. Es pequeña, por lo que la puedes llevar en cualquier sitio, es fácil de pelar, es la más aromática de todos los cítricos, sus gajos son jugosos y cuando los muerdes sientes una deliciosa explosión de sabores ácidos (menor que la naranja) y dulces que nos encanta a todos.
Además, es una fruta muy placentera para comer tal cual, saboreando los gajos, pero que también permite elaborar una gran variedad de platos dulces y salados (sí, también salados). La mandarina se usa mucho, por ejemplo, para bañarla en chocolate, para hacer flan de mandarina, mandarinas en almíbar, semifrío de mandarina o bizcocho, entre otros. Y fuera de la repostería, el revuelto de espinacas con mandarina queda riquísimo, también la ensalada mixta con mandarina o un pan casero con zumo de mandarina, son recetas donde los ingredientes salados y el dulzor de esta fruta logran una mezcla deliciosa.
Vino desde China en el siglo XIX
La mandarina proviene de las zonas tropicales del continente asiático y se cree que su nombre deriva del color de los trajes que utilizaban los mandarines, gobernantes de la antigua China. En la época clásica se decía que uno de los dioses griegos introdujo su esperma en una manzana haciendo que se convirtiera en una mandarina, historia que le dio a esta fruta la fama de aumentar la fertilidad masculina.
Lo que sí es seguro es que la mandarina es originaria de China e Indochina, que se introdujo en Europa en el siglo XIX y hay tres variedades de mandarinas: Clementina, Híbridos y Satsumas. En la actualidad, los principales países productores son China, España, Brasil, Argelia, Colombia, Marruecos, Israel, Japón, Uruguay, México, Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador.
La mandarina: Pequeña en tamaño pero grande en propiedades
Una pequeña mandarina contiene en su pulpa casi el 75% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C para una persona, por eso los tratados de medicina china la consideran materia prima de primer orden. En su composición también encontramos vitamina B, ácido cítrico, azúcar reductora y caroteno, aunque no en grandes cantidades, pero lo justo para beneficiar a nuestro organismo.
Además, tiene importantes propiedades broncodilatadoras y antinflamatorias, es muy digestiva, ayuda al buen funcionamiento del intestino y es muy recomendable como apoyo en el tratamiento de úlceras.