La soja: propiedades y usos

Conocida como el ‘Regalo de los Dioses’, la soja destaca por su alto poder nutricional y sus beneficios para la salud. Es uno de los alimentos más estudiados por científicos y nutricionistas desde hace décadas, lo que ha fomentado la aparición de ciertas verdades y mitos.

Propiedades y aplicaciones

 

La soja está incluida dentro de esos productos considerados como ‘superalimentos’. Es uno de los mejores alimentos que existe por su alta concentración en vitaminas, macronutrientes, minerales y compuestos vegetales. La soja no es el alimento “milagro” de los asiáticos como se ha creído durante décadas, pero sí que tiene probados beneficios para la salud:

Es una proteína completa, ya que contiene los nueve aminoácidos esenciales para la dieta humana (al igual que las carnes rojas, la leche, el queso o la quinoa). No obstante, esto solo ocurre cuando se consume de forma natural, como el edamame, el tofu o el miso. No en los alimentos derivados de ella como la leche o el yogur de soja, las barritas o los productos que imitan la carne.

Es buena para el colesterol. La proteína de soja reduce el colesterol “malo” entre un 3 y un 4 por ciento, según un reciente estudio dirigido por el Hospital St. Michael’s de Toronto (Canadá). Es más efectiva si, además, se desplaza de la dieta las grasas saturadas y las carnes rojas.

Ayuda a prevenir la osteoporosis en la menopausia gracias a su alto contenido en isoflavonas. La soja protege a las mujeres del debilitamiento de los huesos. Estas sustancias emulan la estructura de los estrógenos y su acción en el organismo.

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El edamame, las vainas de soja inmaduras, es el nuevo alimento de moda.

Tiene beneficios cardiovasculares.  Previene el riesgo de padecer una enfermedad del corazón (infarto o angina de pecho) o cerebral (infarto cerebral o hemorragia).

Beneficia la flora intestinal: las isoflavonas de soja también mejoran el metabolismo intestinal, sobre todo en mujeres postmenopáusicas.

Es beneficiosa para la piel y tiene propiedades hidratantes, regeneradoras y anti-age muy interesantes. Tiene propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras que aportan luminosidad para la piel y evita la aparición de manchas.

Bulos de la soja

 

Las leyendas más extendidas que se han creado en torno a la soja que conviene desterrar son:

La soja tiene efectos “feminizantes” en los hombres. Aunque las isoflavonas sean filoestrógenos, no afectan para nada a la concentración de testosterona. De hecho, su consumo es muy recomendable en hombres ya que reduce el riesgo de cáncer de próstata.

La soja provoca bocio y se relaciona con la aparición de hipertiroidismo e hipotiroidismo. Si bien es cierto que es un alimento bociógeno como la col, los nabos, las judías o el ajo, habría que abusar mucho de la soja para que afectase al funcionamiento de la tiroides.

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La soja es rica en isoflavinas, compuestos químicos que realizan una tarea similar a los estrógenos.

La soja provoca cáncer, especialmente de mama. Este bulo existe desde 1998, cuando un estudio realizado en ratones concluyó que las isoflavonas de la soja actuaban de manera similar a las hormonas estrógenas y provocaban la aparición de cáncer de mama. Sin embargo está demostrado que esto no es cierto, los roedores no metabolizan la soja igual que los seres humanos. Es más, la soja puede reducir la mortalidad de los mismos según un análisis apoyado por el National Cancer Institute y el American Institute for Cancer Research.

La soja es un alimento fundamental en nuestra dieta y aparece en multitud de platos y recetas. ¿Cuál es tu favorito?

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