Al horno, rebozadas, a la plancha, fritas con miel, salteadas con jamón, con vinagreta, rellenas, crudas, gratinadas o con bechamel. ¡Hay un sinfín de recetas con alcachofas! La cuestión es… ¿te hemos hecho salivar o todo lo contrario?
Hay varios tipos de personas. Los hay los que son de perros o gatos, de montaña o playa, de cafeína o teína y los que odian o aman las alcachofas.
Te gusten o no, tienes que saber que las alcachofas ya las consumían los griegos y los romanos. De hecho, durante la Edad Media, este manjar llegó a territorio inglés de la mano del rey Enrique VII, cruzando posteriormente el Canal y convirtiendo a Catalina de Médici en una de sus más fieles consumidoras. Pagaba cantidades ingentes de dinero, ya que era uno de los productos más caros que existían al ser considerado como un aliado para el organismo. ¿Por qué?
Propiedades de las alcachofas
Para que te hagas una idea, por cada 100 gramos de alcachofa, 83 gramos son agua, contiene tres gramos de proteína vegetal, dos de carbohidratos y su contenido en grasa en prácticamente nulo. Además de ser una hortaliza sabrosa, es muy polivalente.
Tras el agua, el componente mayoritario de las alcachoferas son los hidratos de carbono, entre los que destaca la inulina y la fibra. Cualquier receta con alcachofas es un plato de alto valor nutricional que nos aporta proteínas, vitaminas, minerales, fibra y sustancias que mejoran las digestiones; por eso, está indicado para personas con problemas digestivos y estreñimiento.
Y como dato curioso, sus flores contienen el fermento “lab”, cuyas enzimas hacen de cuajo de la leche para elaborar un tipo de quesos que recibe generalmente el calificativo de queso de flor. Un ejemplo de ello es el ‘Queso de flor de Guía’, de Gran Canaria.
Si tu amor por las alcachofas es el mismo que el de un vegetariano por un filete de ternera… ¡Sigue leyendo!
Recetas con alcachofas, ¡ámalas!
Seguro que has probado varias recetas con alcachofas como al vapor o cocidas con un poco de aceite de oliva y vinagre de manzana, o las has consumido a través de una infusión. Serán muy sanas pero seguro que esta preparación no te ha convencido para empezar a amarlas. Por eso, queremos darte una idea de lo más fácil que nunca falla. ¡Toma nota porque nos ponemos manos a la obra con una receta rica en nutrientes: alcachofas rellenas con jamón!
Necesitarás 4 alcachofas por persona, 2 lonchas gruesas de jamón, 2 cebolletas, queso rallado, aceite de oliva, sal y perejil. Una vez reunidos los ingredientes, vamos con la preparación. Limpiamos las alcachofas y las cocemos en una olla con abundante agua. Sazonamos y cocinamos durante 4 minutos a fuego lento, a partir de que suba la válvula de seguridad. Una vez cocinadas, ponemos las alcachofas en un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de agua y sacamos el interior de las alcachofas. Picamos bien el jamón y las cebolletas y las freímos en una sartén. Después, rellenamos las alcachofas y las horneamos con queso rallado por encima a 220-240ºC, durante 4-5 minutos (con el horno precalentado). Finalmente, servimos las alcachofas rellenas, decoramos con una hojita de perejil y ¡listas para comer!
¿Te hemos convencido? ¡Lo sabíamos!