Como aconseja el European Hydration Institute, organización dedicada a fomentar una correcta hidratación para la salud y el rendimiento físico e intelectual, es de gran importancia mantenerse adecuadamente hidratado, especialmente durante la práctica del deporte. Cuando realizamos ejercicio, eliminamos líquidos a través del sudor y es fundamental reponerlos. Es necesario que bebamos agua con frecuencia o bebidas isotónicas.
Hay una tendencia generalizada a pensar que en invierno necesitamos tomar menos líquidos porque no sentimos tanta sed como en verano. Esto es un error, cuando sentimos frío transpiramos menos pero, en su lugar, orinamos con mayor frecuencia eliminando así los líquidos del cuerpo. A esto hay que sumarle que el aire frío es más seco que el aire húmedo, de forma que cuando entra en nuestras vías respiratorias nos produce una pérdida de agua.
Además, hay que tener cuidado con ponernos ropa que aumente nuestra sudoración e impida la termorregulación. Suele sucedernos cuando llevamos demasiadas capas o con algunas prendas deportivas como el chubasquero. Lo mejor es llevar dos prendas de buena calidad y abrigarse bien las extremidades, el cuello y la cabeza.
Cómo hidratarnos
Para evitar deshidratarnos, lo más eficaz es beber varias veces a lo largo del día en vez de mucha cantidad en menos veces. Antes de hacer deporte, debemos planificar cómo vamos a administrar nuestra hidratación. El día anterior o en las horas previas a entrenar tomaremos alguna bebida energética y bastante agua. Si es posible, durante el ejercicio beberemos pequeñas cantidades de agua. Al finalizar la actividad física tomaremos bebidas isotónicas despacio, ya que hacerlo con ansiedad puede hacernos daño. Si sentimos dolor de cabeza, calambres musculares o debilidad, tendremos que ingerir más líquidos.
Para las personas que realizan ejercicio físico, el consejo de Grupo IFA es beber entre 2 y 4 litros de líquido diarios aunque no tengamos sed. El agua siempre es preferible a los zumos envasados o refrescos pero, en el caso de los deportistas, lo mejor es alternar el agua con las bebidas isotónicas que ayudan a reponer los azúcares y sales minerales perdidos a través de la sudoración. Una excelente bebida isotónica casera es la limonada que nos hacían de niños: agua, limón exprimido y azúcar. Por supuesto, el alcohol es incompatible con el deporte ya que provoca deshidratación.