Seguro que alguna vez habéis dicho eso de: “y hoy, ¿qué cenamos? Con una tortillita francesa nos apañamos”. Y es que esta receta es un habitual en todos los hogares. Además, gusta por igual a grandes y pequeños. Siempre que haya tortilla francesa, ¡acertarás seguro!
La tortilla francesa es mundialmente conocida y, pese a lo que muchos puedan creer, es una invención española y no francesa. ¿Cómo y cuándo empezó a llamarse así? Para ello debemos remontarnos a la Guerra de la Independencia. Durante esta época los bloqueos franceses impidieron la entrada de alimentos y empezaron a escasear muchos básicos como la patata o el pan. Debido a ello, nuestra famosa tortilla de patatas se tuvo que hacer sin este ingrediente fundamental, dejando solo el huevo. Así, empezó a llamarse de manera jocosa: TORTILLA FRANCESA.
Y ahora que ya conocéis un poquito más sobre la tortilla francesa os vamos a dar unos trucos sobre cómo preparar una espectacular.
– Lo primero que debemos hacer es elegir 2 ó 3 huevos buenos, si es posible que sean de granja, mejor que mejor.
– El siguiente paso será batirlos enérgicamente sin que llegue a formar espuma, ya que le restará jugosidad. Este paso es muy importante porque podremos evitar posibles casos de salmonelosis.
– Finalmente, ponemos una cucharadita de aceite de oliva virgen extra en la sartén y dejamos que caliente bien. Una vez que consigamos la temperatura óptima echaremos los huevos y doblaremos por la mitad para conseguir esa forma tan peculiar que la identifica. Para conseguir que quede más esponjosa podéis echar un poco de leche al batir los huevos.
Recordad que podéis echarle casi todo a la tortilla francesa: espárragos, queso, champiñones, atún… Atrévete a innovar y disfruta del mejor sabor español con nombre francés 😉