Cómo hacer partícipes a los más pequeños en las tareas del hogar para instaurar hábitos saludables

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Esto no es un hotel. ¿Te has pensado que soy tu sirviente? Juguete que vea por sin recoger, juguete que tiro a la basura….

No nos engañemos, estas frases no funcionan. Los niños tienen que recoger sus cosas, hacerse responsables de ellas y ayudar en las tareas de la casa que a su edad puedan asumir, eso está claro. Pero debemos inculcárselo de manera positiva, nunca desde el castigo y la imposición.

Un niño es una esponja sí, pero una esponja que absorbe solo lo que le agrada. Por eso, debemos educarlos basándonos en los refuerzos positivos.

Lo ideal es que se convenzan que ayudar en casa es bueno también para ellos. Por ejemplo:

  • Siempre que busquen un juguete lo encontraran con facilidad si lo guardan en el mismo sitio.
  • Al estar todo recogido tenderán más espacio libre para jugar.
  • Si ayudan a poner la mesa podrán les podemos dejar elegir su plato, sus cubiertos e incluso en qué lugar sentarse.
  • Cuando aprendan a hacer su cama podrán “presumir” de mayores cuando vayan a dormir a casa de un amiguito o de los abuelos.
  • A raíz de los programas de cocina infantiles de televisión, ayudar en la preparación de la comida o cena puede resultar un jugo para ellos.

Son pequeños estímulos que pueden resultar muy gratificantes a edades tempranas y que junto con el ejemplo de los adultos pueden hacer que el echar una mano en casa se convierta en algo natural y cotidiano para ellos.

La paciencia: el súper poder de los padres

Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia. Con los niños, sin duda es así. Si hacemos las cosas bien (explicándoles cómo se hace, encomendándoles labores acordes a su edad para que las puedan realizar, premiándoles sus logros, etc.) los resultados vendrán seguro, pero a lo mejor no tan rápido como quisiéramos. Es fundamental no frustrase. Cada niño es diferente y todos necesitan más o menos tiempo para interiorizar los conceptos que les queremos inculcar.

Gritar es contraproducente

Todos podemos perder la calma en un momento dado y elevar la voz, somos humanos. Pero lo cierto es que con los peques de la casa hay que intentar evitarlo a toda costa.  Si no lo hacemos, corremos el riesgo de que lo que estamos intentando enseñarles se convierta en algo que les causa rechazo y perdamos todo lo avanzado. Un tópico que suele funcionar: respira hondo y cuenta hasta 10.

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Cuando estén preparados, dales pequeñas responsabilidades

Sentir que algo depende de ellos, además de reforzar su autoestima, les hará asumir rutinas positivas y concentrarse en hacerlo bien. El sentir que si no lo hacen ellos, nadie lo hará, es un hecho motivador que les hará madurar y sentirse bien consigo mismos cuando lo hagan. Para este punto, el tener una mascota que sientan más suya que del resto de la familia es ideal.

Hazles fiestas cuando lo hagan bien

A veces regañar es importante. Pero lo es aún más darles una “palmadita” de vez en cuando. Decir toda la familia que la cena está muy buena porque nos ha ayudado nuestro hijo, alabar lo bien recogido que tiene el cuarto, destacar que se ha lavado las manos sin que nadie se lo diga… El alago es agradable y puede ser una motivación más para aprender lo que les queramos transmitir.

Asumir hábitos saludables es parte del crecimiento de los niños y puede ser tan gratificante para ellos como para nosotros. Pon estos consejos en práctica y verás cómo al poco tiempo empiezas a ver resultados.

 

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